martes, 26 de enero de 2016

Sobre la actualidad de la filosofía de la historia

Con esta primera entrada, pretendo inaugurar este Bog, con el ánimo de contribuir a la reflexión sobre temas relacionados con la construcción del conocimiento histórico, desde sus planteamientos filosóficos, el desarrollo y evolución de sus métodos y técnicas, la revisión de algunos autores a los que he tenido la oportunidad de leer y modestas contribuciones personales sobre temas específicos. Esperando que si eventualmente algún lector interesado en los universos de Clio que pase por estas páginas, encuentre solaz esparcimiento y alguno que otro tema de utilidad para su propia construcción.

Actualidad de la filosofía de la historia

El término filosofía deriva del griego y significa algo así como “amor por la sabiduría”, aún que para efectos de la presente discusión se entenderá como “amor al saber y al conocimiento”.

Theodor Adorno

Adorno advierte que “Quien quiera aprender volviendo a producir lo que quiere aprender debe añadir al rigor un poco de libertad y creatividad”, es decir que no solo basta con querer aprender y seguir un método específico para ello, sino que es necesario un esfuerzo personal, un proceso consciente, crítico y reflexivo para tratar de acercarse al saber. “Quien quiera acercarse a la filosofía debe deshacerse de la ilusión autoritaria que hoy oscurece las ideas no menos que el mundo”, Adorno explicita que “no es ninguna vergüenza no entender algo, pero no hay que enorgullecerse de ello”, y no sacar conclusiones de meros conceptos. Pues el espíritu que teme perderse en su propia arbitrariedad y contingencia se expande hasta abarcar la totalidad. Recordándonos que el saber científico contemporáneo no es una forma de explicar el mundo, sino que es una forma de tratar de explicar ciertos fenómenos que quizá en otro espacio no tengan representación; mientras que la filosofía en su forma crítica en un constante repensar las ideas y es justo en estos argumentos en donde yo personalmente encuentro una respuesta a la actualidad de la filosofía que presenta un muestrario de sistemas para construir una explicación del mundo mas o menos plausible y satisfactoria, pues no construye por si mima una cosmovisión del mundo y no se puede transmitir progresivamente, es decir, no es algo que se pueda enseñar mediante formulas preestablecidas (Kant), no existe una receta para transmitir el pensar o transmitir el filosofar.

En la construcción del conocimiento humano no existe nada definitivo, ni concepciones fijas, sino que, por el contrario, se compone de procesos de construcción históricamente delimitados. Por ello Adorno recomienda recurrir constantemente a la relectura y paciencia en el proceso de pensar y comprender el mundo. Dice claramente que “Lo que nos habíamos propuesto era nada menos que comprender por qué la humanidad en lugar de entrar en un verdadero estado humano se hunde en un nuevo género de barbarie” y a su entender solo es posible evitar este estado de barbarie contemporáneo si se recurre a la construcción de saberes críticos.

Por otro lado, según el planteamiento de Adam Schaff sobre el desacuerdo entre los historiadores a las causas de la Revolución Francesa ¿Por qué tal desacuerdo nos lleva inevitablemente a la filosofía y los problemas de la filosofía de la historia? ¿Cuáles son los tres modelos del conocimiento que describe Schaff? Y ¿cómo concibe la verdad en el ámbito de la historia?

Las distintas visiones que los historiadores dan a un único acontecimiento según épocas o generaciones diferentes, están relacionados con los sistemas de valores en los que se fundan, intereses de clase y concepciones del mundo. Por lo que valdría la pena preguntarse si estos: ¿Ejercen propaganda artera en vez de ciencia?; ¿Estas interpretaciones pueden transmitir la verdad objetiva?; ¿El elemento subjetivo del proceso histórico invalida el postulado de objetividad del conocimiento científico?; entonces, ¿La historia es ciencia o arte?

En principio Schaff alude a que la salud de cualquier disciplina que aspira a la producción de conocimiento, exige cierta inquietud metodológica, o preocupación por los mecanismos de comportamiento y esfuerzo reflexivo sobre las teorías del conocimiento, es decir, sobre ¿como se construye el mismo? Para ello propone comprender los tres modelos epistemológicos que intentan explicar dicha construcción. Es decir tratar de responder ¿Cuáles son las distintas formas sobre como comprendemos el mundo y la realidad natural? En principio establece tres entidades principales como actores en el proceso de conocimiento
   
Concepción mecanicista – El objeto actúa sobre el sujeto y su aparto perceptivo (agente pasivo, contemplativo, receptivo) y el producto es un reflejo copia del objeto, esto se puede entender como una acción mecánica del objeto sobre el sujeto.

Modelo idealista activista- El sujeto percibe el conocimiento del objeto como su producción (solipsismo= el sujeto pensante no puede afirmar ninguna existencia, salvo la suya propia) – El sujeto como creador de la realidad

Relación Cognoscitiva- Sujeto y objeto mantienen su existencia objetiva y actúan el uno sobre el otro, esta interacción se produce en el marco de la práctica social del sujeto que percibe el objeto, en y por su actividad. (Teoría del reflejo, interpretada en un sentido activo). El sujeto será el término principal de la relación de conocimiento; esto está relacionado con el factor antropológico de las teorías del conocimiento, que plantean al  hombre como individuo activo y concreto que desempeña un papel importante.

En estos términos, según Schaff las características del sujeto cognoscente pueden estudiarse en dos ámbitos a saber:

Individual subjetivista: Debe su génesis en la época moderna, a la convulsión del orden económico-social y la disgregación del individuo y la sociedad afectando el nivel de la conciencia y la comprensión del papel de la sociedad en el condicionamiento del comportamiento de los individuos, que se ve reflejado en las opiniones y actitudes y en la concepción del mismo hombre como individuo social. En esta concepción el individuo está aislado y sustraído a su acción, prescinde de la cultura y se ve reducido a su existencia biológica, en resumen: El humano está determinado biológicamente y su aparato perceptivo registra y transforma los impulsos del mundo exterior para conocer.

Social y objetivista: El hombre es el conjunto de las relaciones sociales, sin ellas sólo subsisten los lazos de la naturaleza, por tanto es un ser apto para el proceso de aculturación al mismo tiempo producto de la evolución natural y del desarrollo social; sólo al tener en cuenta estos dos aspectos se le entiende como individuo concreto con especificidad histórica, social e individual y esta relación no puede ser pasiva, por lo tanto introduce algo de sí mismo en el conocimiento, siendo a la vez producto y productor cultural.
Respecto a la verdad y objetividad del conocimiento histórico, Schaff comenta que tanto que es objetivo lo que se produce a partir de un objeto de conocimiento, se entenderá por objetivo el conocimiento que refleja dicho objeto; así, es objetivo lo que tiene validez para terceros, de donde infiere el concepto de “validez universal” que requiere estar exento de emotividad y parcialidad y esta propiedad de objetividad relativa al conocimiento solo puede afirmarse al comparar distintos procesos entendiendo que sus resultados no pueden ser considerados como datos fijos y definitivos. Así un conocimiento será objetivo en cuanto refleje específicamente al objeto y tenga validez universal, pero subjetivo debido al papel activo y social del sujeto.

De aquí se deriva el concepto de verdad, en que Schaff argumenta que un juicio es verdadero cuando de el se puede decir que lo que se enuncia existe en la realidad tal y como se enuncia, esto depende de la relatividad temporal, espacial y geográfica, que aún que pareciera parcial, incompleta y variable, a lo largo del tiempo contribuye a que se desarrolle el conocimiento acumulativo, acompañado de un cambio de las verdades formuladas tras este proceso cognoscente, por tanto se puede afirmar que la verdad contenida en este también es un proceso infinito que acumula verdades parciales desarrolladas históricamente, las futuras construcciones se basan en ellas y las usan como punto de partida para nuevos desarrollos.

Al acumular las verdades parciales y ser socializadas, el conocimiento se va transformando en saber hacia una verdad exhaustiva, por lo que en la ciencia histórica es necesario establecer cuales son las verdades parciales de que se dispone, y examinar como a partir de ellas progresa el acercamiento a la verdad universal, que en palabras de Schaff solo lo consiguen las ciencias matemáticas y la historia.