El
Contrafactual
México D.F. a 2 de febrero de
1848
Por El soñador histórico
Las tropas mexicanas confinadas en el
convento de Santa María de Churubusco que contaban con alrededor de 1000
soldados bajo el mando de los comandantes Manuel Rincón, y Pedro y María Anaya,
sumando fuerzas con el batallón de “Batallón San Patricio” (insurgentes
irlandeses) que en principio peleaban del lado americano, pero que se
identificaron con la causa mexicana en virtud de diferencias religiosas;
pasaron a formar parte de nuestras filas en defensa de una causa justa,
obtuvieron una apabullante victoria en la defensa de la patria con la ayuda de
Diós. Por lo que el día de hoy se llevó a cabo la firma de los “Tratados de
Guadalupe Hidalgo” que será el acuerdo con que obtendremos la paz firmado en la Villa de Guadalupe Hidalgo,
entre los gobiernos de EE.UU. y México y que pondría fin a la Guerra México-Americana
que desde 1846 han traído a nuestro territorio los ejércitos invasores, y que
al ser derrotadoa se han visto forzados a entablar negociaciones para poner fin
al conflicto.
El tratado estipula la soberanía
territorial a favor de los Estados Unidos Mexicanos a lo largo del límite del
río Grande en Texas, condenándose la anexión los EEUU del estado de California
y obligando su devolución inmediata, así como un pago por la cantidad de15
millones de dólares, por compensación en gastos de guerra a favor del gobierno
Mexicano.
Los estadounidenses en esas áreas
afectadas tendrán la opción de trasladarse dentro de los nuevos límites
fronterizos o acceder a la ciudadanía mexicana con plenos derechos civiles. Aún
que no es de extrañar que más del 90% elegirá la segunda opción.
Los opositores políticos en estados Unidos
que conforman el Partido Whig norteamericano y que se han opuesto a la guerra y
rechazan el Destino Manifiesto, consiguieron el apoyo total de todos los grupos
económicos y populares, granjeándose una base electoral suficiente para
disputarle el poder al Partido Demócrata.
Nicholas P. Trist, fue el encargado de la
cancillería norteamericana, de llevar el documento condicionante a Washington
para su aceptación incondicional por parte del presidente James K. Polk, quien
aceptó la derrota militar y se puso a las ordenes de su homólogo interino
Manuel de la Peña
y Peña quien como jefe máximo del estado mexicano y en sustitución del
victorioso general Antonio López de Santa Anna será quien en futuras fechas
determine si las condiciones de los “Tratados de Guadalupe Hidalgo” están siendo cumplidos a satisfacción del
gobierno mexicano.
Al cierre de esta emisión nuestros
corresponsales en las principales ciudades del país confirman un ambiente de
jubilo y celebración por parte de la población civil, que no dudó un segundo en
la victoria nacional, pues como afirmó Don Jesús, tendero de la plaza de
Guadalajara “Dios y la virgen de Guadalupe estuvieron siempre d nuestro lado y
guiaron las armas y los corazones de nuestros soldados”.
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