sábado, 16 de julio de 2016

La era Hobsbawm en historia social (Reseña)

Piqueras, José Antonio. La era Hobsbawm en historia social. Ciudad de México, El Colegio de México, 2016, 310 pp. – (Colección Jornadas) 

No es una mala época para dedicarse a la Historia

 “Es habitual la tendencia de idealizar el pasado cuando el presente no nos gusta, o nos gusta menos. Idealizamos el compromiso intelectual, creyéndolo general en otros tiempos” ( José Antonio Piqueras p. 23)
En esta edición rustica de El Colegio de México, Piqueras nos conduce al puro estilo del Virgilio de Dante, a lo largo de la trayectoria intelectual de Eric Hobsbawm… En tres capítulos magistrales mediante sucesivas aproximaciones al desarrollo de la historiografía contemporánea, desmenuza minuciosamente el trabajo historiográfico de Hobsbawm, para reconstruir una de las más fecundadas líneas de la historia social, ya considerada como clásica. El libro nos obsequia un cuarto apartado en el que se reproduce la conversación que tuvo lugar en mayo de 1995 (en la residencia londinense de Hobsbawm), con los entonces editores de la revista Historia Social: Javier Paniagua y el mismo Piqueras.

Para Piqueras, la historia científica con reglas metodológicas principios de verificación documental y verosimilitud razonada, es producto del s XIX; en un inicio positivista y de simple narración, legitimadora de naciones de reciente construcción, épicas modernas y grandes figuras. Pero que se hizo social en el siglo XX; antes de eso se ocupaba sólo de personalidades singulares, la marcha de los estados y las grandes gestas. 


Esta nueva historia es analítica, se interesa por los fenómenos colectivos, la sociedad, los conflictos, las condiciones de vida, las formas de pensar, los sectores subalternos, en fin, da lugar a la gente común.

Respecto a los antecedentes y desarrollo de esta transformación en la construcción disciplinar, Antonio Piqueras nos recuerda que ya en 1894 Pierre Lacombe reclamaba una perspectiva sociológica que trascendiera los hechos singulares para centrar el interés en el estudio de las civilizaciones, para 1900 Henri Berr invitaba a buscar una síntesis de los campos científicos del conocimiento para abandonar la historia historizante, reducida a la esfera estatal; mientras Francois Simiand invitaba a los historiadores a pasar del fenómeno singular al regular, buscar relaciones estables, leyes, sistemas de causalidad, abandonando de una vez por todas la historia episódica; así entonces se historizaba en los años 40´s, antes de que los intelectuales quedaran reducidos a la figura del francotirador independiente o entrara en la institucionalidad financiada por poderes públicos y agencias de inteligencia; o incluso a la militancia de izquierda, muchas veces adoctrinando sin la suficiente calidad disciplinar. Posteriormente Fernand Braudel propuso una ambición totalizadora y sociológica para la historia, pronunciándose por el estudio de las estructuras de larga duración, y Labrousse trataba de explicar los movimientos sociales mediante los movimientos políticos, uniendo estructura y coyuntura.

“Es habitual la tendencia de idealizar el pasado cuando el presente no nos gusta, o nos gusta menos. Idealizamos el compromiso intelectual, creyéndolo general en otros tiempos”
(José Antonio Piqueras)
En 1952 la revista Past and present pugna por una historia analítica, motivada por la historia económica y social, con interés en los grupos y la sociedad, siempre de la mano del materialismo histórico. Y es en este punto histórico en que Piqueras nos introduce al momento en que Hobsbawm se identifica con la historia de la sociedad moderna, capitalista e industrial, reconociendo que esta cambia más rápido que sus miembros, quienes reproducen las estructuras tradicionales, los valores y las actitudes clásicas; lo que da lugar a conflictos de adaptación entre viejos modos de vida en una realidad nueva. Hobsbawm estudia la clase trabajadora del s XIX, la expansión del capitalismo y el Imperialismo, pero también es sensible a las reacciones sociales poco tipificadas por carecer históricamente de voz, lo que le conduce a interesarse por las relaciones entre base y las superestructuras (que constituyen una constante en su trabajo), como un esfuerzo por establecer en la historia y el análisis social una jerarquización de fenómenos que permitiera explicar la dirección histórica. Piqueras reconoce que es difícil separar los estudios interpretativos de Hobsbawm, de sus otras obras de síntesis, en las que se mezclan sociedad y política.

“No sólo nos restan numerosos porqués por estudiar, sino que su número crece en la medida en que los historiadores somos capaces de pensar la realidad problematizándola, construyendo nuevos problemas sobre el pasado, a cuya explicación posible, dedicamos nuestro tiempo y nuestro esfuerzo. No es una mala época para dedicarse a la Historia” (Piqueras, p.68)

José Antonio Piqueras, es profesor en la Universitat Jaume I, donde dirige el grupo de Historia Social Comparada. Oriundo de Enguera, Valencia. Catedrático de Historia Contemporánea, se interesa por el pasado y el presente de España y de América Latina; Especialista en el análisis de las relaciones sociales y de las actitudes políticas, investigador en el campo de la historia social, del pasado al presente, en su sentido más amplio.




martes, 12 de julio de 2016

Códice Bodley

FICHA TÉCNICA
Origen:           Mixteco (Oaxaca)
Tipo:              Precolombino (1519?-1521?)
Material:        Piel de venado
Temática:       Genealogía y rituales de las familias reales de la Mixteca Alta, desde el siglo X hasta el XVI - Histórico genealógico
Dueños:          Actualmente en Universidad de Oxford, Inglaterra

Manuscrito pictórico de origen prehispánico, perteneció a la cultura Mixteca. Escrito por ambos lados, el frente registra genealogía de Tilantongo y Achiutla y se vincula con Tilantongo en su parte final, a partir del siglo X; mientras que por el otro narra los orígenes míticos de los señores de “Lugar de Bulto de Xipe” y contiene la biografía del señor “Cuatro Viento”. Se considera invaluable para el conocimiento de la genealogía y rituales de las familias reales de la Mixteca Alta, de los siglos X al XVI.

Alfonso Caso describió este documento como una tira larga de piel de venado, aproximadamente de 22 de pies de largo (11.60 m) y 10 pulgadas de ancho (26.5 cm). Doblado para crear páginas individuales, divididas con bandas rojas. Es uno de los libros pictográficos de más difícil acceso para los investigadores mexicanos debido a la distancia y las medidas de conservación que prohíben la manipulación de las obras.

Salió de México durante la conquista española, es poco conocida su historia antes del siglo XVII, fecha en que llegó a la Biblioteca Bodleiana, fundada por Sir Thomas Bodley en 1602 en la Universidad de Oxford, Inglaterra. De esta primera etapa encontramos referencia por María Sten: “Robert Devereux, segundo conde de Essex, favorito de Isabel I, saqueó la gran biblioteca del obispo Gerónimo Osario, de Faro Portugal (decapitado en 1601). Entre los libros del obispo se encontró el famoso códice que hoy conocemos bajo el nombre de Códice Bodley, ya que fue Sir Thomas Bodley quien lo recibió como regalo del infortunado conde de Essex.” (Sten, 1970, pp. 46)

Este mismo episodio lo describe John Pohl, en el proyecto “famsi”: "[...] cuando llegó a la Biblioteca Bodleian en la Universidad de Oxford, Inglaterra. El arqueólogo británico J. Eric Thompson propuso a Alfonso Caso que el manuscrito había pertenecido una vez al Obispo Heronymous Osorius de Faro, Portugal. Thompson sugirió que Robert Devereux, el Conde de Essex, había saqueado el manuscrito durante una redada a lo largo de la costa de Portugal y se lo dio a su amigo Thomas Bodley. Cualquiera que hayan sido las circunstancias específicas, la premisa básica de confiscación inglesa parece creíble. Era el momento de "contra-armadas" enviadas en venganza por la invasión fracasada de Felipe II de Inglaterra en 1588. La unidad naval de las Indias Occidentales y sus bases navales estaban siendo saqueadas a lo largo de la costa Atlántica Continental, culminando con el ataque de Cádiz, España en 1596." (John Pohl: www.famsi.org)


Gutiérrez Solana hace mención sobre el estudio previo de N. Troyke al códice Bodley, respecto a su importancia, vigente en la acutualidad: “El Códice Bodley es objeto de un minucioso estudio por parte de N.Troike en su artículo de 1979 "Preliminary Notes on Stylistic Pattternsin the Codex Bodley". La importancia singular de este manuscrito, según nos explica, es que tiene las genealogías más completas de los reinos mixtecos de entre todos los códices conservados. La metodología empleada por Troike es la de analizar cómo el pintor organizó y distribuyó los rasgos dibujados, es decir, los patrones estilísticos. Gracias a su estudio se llega a una mayor precisión cronológica de las dinastías. Así dice: cuando a un personaje se le dibuja sobre un asiento carente de glifos toponímicos significa que, a pesar de que el individuo pudo heredar el poder, nunca llegó a gobernar en la realidad.” (Gutiérrez Solana, 1987)




Referencias.

Gutiérrez Solana, Nelly (1987) Avances en los Estudios sobre los Códices Mixtecos En: Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas. Vol. XV, No. 58

Pohl, John. Libros Antiguos: Códices Grupo Mixteco En: Mesoamérica (página electrónica) http://www.famsi.org/spanish/research/pohl/jpcodices/bodley/ consultado el 27 de abril de 2014

Sten, María (1970) Historia desconocida de los códices mexicanos. En: Revista de la Universidad Volumen XXIV, números 5-6/enero-febrero