martes, 7 de junio de 2016

Colombia en la primera mitad del siglo XX

Colombia en la primera mitad del siglo XX

La conquista de América, como proceso histórico tuvo desde el inicio características comerciales, llevada a cabo por empresas mercantiles en que intervinieron grandes capitales privados y participación monárquica. En la Nueva Granada mediante encomiendas y mercedes se establecieron enormes ordenanzas oligárquicas terratenientes, mientras que las poblaciones indígenas conquistadas fueron sometidas a las más brutales formas de opresión y explotación, este "sistema feudal americano" no era una economía cerrada de autosubsistencia, como el caso del feudalismo europeo, sino que respondía a las necesidades de la agricultura colonial monoproductiva que abastecía a los centros mineros, los emplazamientos militares o los mercados europeos. (Bethell, 1990)
En 1819 en su empresa independentista, Bolívar establece la República de la Gran Colombia, acorde a su idea de formar una gran Confederación entre las Repúblicas hispanoamericanas; pero a su muerte en 1830 y a falta de identidades consolidadas que permitieran continuar la amalgama del sueño de una Hispanoamérica unida, se produjo la ruptura de la Confederación Grancolombiana que termina por disgregarse en varias naciones: Colombia, Ecuador y Venezuela. Este acontecimiento marcará trascendentalmente y con características particulares el desarrollo de la región, pues nos plantea de inicio una fisura de intereses nacionales, con sus estados vecinos al sur.
Durante este periodo de formación y consolidación  nacional, en Colombia se levantaron una gran cantidad de confrontaciones armadas de magnitud diversa, entre guerras civiles, cuartelazos, sublevaciones campesinas, pronunciamientos burgueses y golpes de estado. Sobre todo generados por las terribles condiciones de desigualdad social, el vacío de poder resultante del proceso de independencia, las marcadas diferencias entre regiones, diferencias de interés entre caudillos independentistas y gamonales, la pugna entre federalistas y centralistas, la confrontación de los abolicionistas contra los esclavistas. En suma hablamos de un país al que la factura de la libertad le ha resultado particularmente onerosa en sangre de patriotas, por lo que alcanzó la paz sobre una sociedad terriblemente fracturada y dolida.
Tras la ruptura con el dominio español, Colombia entra en contacto con el capitalismo expansivo de Inglaterra y Estados Unidos, ofertando la producción de materias primas, principalmente tabaco, bananas y café; y en menor medida una incipiente industria minera. Su estructura social mayoritariamente agraria y señorial se organizaba en torno a la hacienda y la vida rural.
Los hechos hasta aquí planteados pudieran antojarse ajenos al periodo propuesto, pero les consideramos relevantes al punto que son los determinantes de la configuración a las condiciones económicas, políticas y socioculturales de la Colombia del siglo XX. Por un lado tener presentes las continuidades coloniales tanto en su sistema productivo y en su organización sociopolítica; y por el otro es imprescindible considerar la confrontación ideológica e irreconciliable que se plantea en el terreno de los intereses en las elites criollas de Conservadores versus Liberales decimonónicas. Resulta también indispensable, en el ámbito de lo macro, plantear la posibilidad de desligar a Colombia, como estado nación, del conjunto sudamericano; para pensarle ante la perspectiva que sus propias relaciones con América del norte evidencian, aún que habrá que mantener siempre una óptica transversal para distinguir sensiblemente los aspectos específicos multiculturales y multiétnicos, que su propia composición social ofrece y que constituyen en buena medida la riqueza particular en la narrativa del siglo XX en la región.         
En 1903 Panamá se separa de Colombia, separación particularmente instada entre los sectores de la oligarquía comercial conservadora de la ciudad de Panamá, como agentes de la conspiración separatista, que ya en varias intentonas desde el siglo XIX venían procurando con lo que se conoce como las "actas separatistas": 1826, 1830, 1831, 1840-41, 1860. Pero que encontraron apoyo coyuntural en el expansionismo imperialista de Estados Unidos, durante la presidencia de Teodoro Roosevelt; la quiebra de la Compañía Nueva del Canal, con capitales franceses; y la actuación del  abogado William N. Cromwell. (Díaz Espino, 2003)
“Las negociaciones para la firma del correspondiente tratado entre Colombia y los Estados Unidos venían celebrándose desde hacía casi dos años. Habían empezado a petición de Colombia y Roosvelt y el secretario de Estado, John Hay, creían que las condiciones definitivas del tratado Hay-Herran cumplían los deseos del gobierno colombiano. Pero el presidente de Colombia convocó un congreso especial que, bajo su liderazgo, dio largas al asunto y, al cabo de una semanas, rechazó el tratado. Los panameños se sublevaron, y Roosvelt respondió invocando el tratado de Bidlack de 1846 para impedir que Colombia desembarcara más tropas. El reconocimiento siguió rápidamente a la instauración de la república de Panamá, y doce días después los Estados Unidos y Panamá firmaron un tratado relativo al canal, en vista de ello el presidente de Colombia se brindó a aprobar el tratado anterior, pero Roosevelt no le hizo caso. Los colombianos se quejaron y acusaron a los Estados Unidos de robo. Pero Colombia solo había ejercido un control intermitente de Panamá y se había apoyado siempre en la intervención norteamericana para mantener cierta apariencia de soberanía” (Freeman, p.89)

Y es este el acontecimiento con el que pretendemos plantear el primer apartado de nuestra tesis sobre la clásica pertenencia regional de Colombia, al conjunto de naciones sudamericanas. Pues ya anteriormente habíamos señalado que la ruptura de la Confederación Grancolombiana pudiera pensarse como una grieta continental al sur respecto a la identidad de Colombia; sostenemos que con la separación de Panamá se amplifica el aislamiento regional, pues la ingerencia directa de Estados Unidos en el proceso le obliga a establecer relaciones en completa desigualdad con esta nueva potencia mundial, voraz, intervencionista y demócrata-imperialista -valga la contradicción de origen-.
“La apertura del Canal de Panamá, hizo viable la terminación del ferrocarril del Pacífico y la expansión de la frontera agrícola en las zonas de vertiente de la cordillera central y la definición de una nueva vía exportadora, quedando así articuladas en este corto ciclo histórico los sistemas transportadores del Atlantico y del Pacícico, los que en decenios posteriores determinarían la orientación de la infraestructura física de integración de la sociedad colombiana” (García, p.174-175)

En este contexto, algunos autores determinan que Colombia estaba regida por un esquema de república señorial, heredera de los viejos patrones coloniales. (García, 1985 y Bethell, 1992)
Características de la república señorial
Archipiélago de regiones incomunicadas
Desconocimiento de la vida marítima
Concentración de la actividad política y social en pequeños centros urbanos
Dinamización de la organización municipal
Nucleación de grandes centros urbanos
Medellín
Industrial textil y comercio
Cali
Comercialización y procesamiento de café
La primera guerra mundial influye fuertemente en lo que podemos llamar el periodo inicial de modernización en Colombia. Los cambios ocurridos en el periodo entreguerras, como la crisis de la república señorial y la configuración del modelo capitalista, subdesarrollado y dependiente, se inserta en un sistema de mercado mundial, cuyo protagonismo se desplaza de golpe, de Inglaterra a los estados Unidos. La aristocracia latifundista y minera que había conservado el control de la riqueza, la cultura y el poder político, observa como se gestan en este periodo profundos cambios estructurales, con una alta complejidad y en un breve periodo de tiempo.
En la posguerra, a partir de la apertura del mercado norteamericano, el auge cafetalero de 1923 a 1928 duplicó las extensiones de siembra. La exportación se realizaba mediante corporaciones transnacionales especializadas en comercialización de productos del trópico; el valor anual del comercio exportador en este rubro, pasó de 61 millones de dólares en 1913 a más de 200 millones en 1924. La economía bananera que integró en su proceso productivo prácticas de moderna agricultura, representó el 6% de las exportaciones nacionales para el periodo de 1925 a 1929; 1100 millones de dólares. Donde cerca de las tres cuartas partes de estas exportaciones se destinaban a satisfacer las demandas de mercado estadounidense. (García,1985) El auge de la modernidad para Colombia, que se presenta en la década de los 20´s; en lo que se conoce como la Danza de los millones, “Los años de la Danza de los millones fueron de trabajo intenso en las obras públicas y en las inversiones financieras en todos los órdenes. Un ejemplo fue la construcción de carreteras: en 1911 Colombia tenía 578 kms en carreteras, cifra que pasó en 1922 a 3437 Kms y en 1930 a 5743 Kms”. (Ocampo, p. 280) Estas inversiones posibilitan una insólita transición a un país predominantemente urbano con características de modernidad basada en la industrialización. De esta forma, se presentan cambios radicales en la composición de la población económicamente activa, en los modos de producción, en la implementación de tecnologías, en el asentamiento urbanístico y en la participación de los sectores populares en la vida nacional.
Medellín, Cali, Bogotá y Barranquilla, se establecieron como centros político, administrativos, manufactureros y financieros del sistema capitalista de mercado; desarrollándose con ello una densa constelación de espacios residenciales del cinturón andino cafetalero. La población creció de 5.86 a 7.43 millones de habitantes, lo que modificó radicalmente los patrones hispanocoloniales de población (García 1985). La modernidad urbana se estaba conformando en lo que aún es hoy Colombia y que en la segunda mitad del siglo definiría los conflictos sociales causados por esa gran brecha de desigualdad y miseria entre los centros urbanos y los territorios del interior.

Grafico 1 Elaboración personal. Fuente (Ocampo, p. 270)

Mientras que el aparato bancario que regulaba las operaciones financieras y crediticias ce ciñó a la Misión Kemmerer (conformada por un grupo de técnicos financieros estadounidenses que propusieron una serie de reformas jurídicas como paliativo a la crisis comercial y financiera de 1920), imponiendo el sistema norteamericano de banca central, orientada por la ley del patrón oro y la liquidez de cartera; dando lugar al surgimiento del Banco de la República con una participación bastante marginal del gobierno colombiano, lo que precipitó la concentración bancaria en los nuevos centros urbanos y la desaparición de la banca local entre 1924 y 1928. En este periodo de transformaciones, se consolidó el proletariado de la industria manufacturera, del petróleo, la minería, los textiles, las plantaciones de banano, el café y de los sistemas de transporte ferroviario y marítimo; definidos por un sistema de estado absolutista:
-          Carencia de salarios mínimos
-          Disociación entre productividad y remuneración
-          Inexistencia de prestaciones y seguridad social
-          Durísima represión policial a los conflictos laborales
-          Ilegalidad de las luchas sociales y sindicales
Razones por las que el movimiento obrero irrumpió en la escena social, de manera violenta y revolucionaria, enfrentando al absolutismo del estado señorial que imponía la ruda hegemonía imperialista estadounidense. (García 1985)
En lo referente a la vida política del país, se presentaba ante el mundo con una imagen de gran estabilidad con respecto al periodo de la segunda mitad del siglo XIX, el movimiento conocido como Regeneración  (1886 – 1930) instauró una república Conservadora. Después de la guerra civil de los mil días (1899-1902), durante el gobierno de José Manuel Marroquín; la encomienda política fue la de establecer un programa de restauración nacional que permitiera mejorar la economía y sanear las finanzas públicas. El devenir de los gobiernos civiles colombianos después de la incipiente dictadura del general Reyes, transitaron más o menos pacíficamente entre ideólogos del orden conservador y la naciente burguesía liberal, por lo menos hasta la instauración de las dictaduras militares.
Presidente
Periodo
Vertiente ideológica
Rafael Reyes
1904 a 1909
Dictador
Jorge Holguín
(interino) 1909
Conservador
Ramón González Valencia
1909 a 1910
Conservador
Carlos Eugenio Restrepo
1910 a 1914
Unión Republicana
José Vicente Concha
1914 a 1918
Conservador
Marco Fidel Suárez
1918 a 1921
Conservador
Jorge Holguín
1921 a 1922
Conservador
Pedro Nel Ospina
1922 a 1926
Conservador
Miguel Abadía Méndez
1926 a 1930
Conservador
Enrique Olaya Herrera
1930 a 1934
Liberal
Alfonso López Pumarejo
1934 a 1938
Liberal
Eduardo Santos
1938 a 1942
Liberal
Alfonso López Pumarejo (2o periodo)
1942 a 1945
Liberal
Alberto Lleras Camargo
1945 a 1946
Liberal
Mariano Ospina Pérez
1946 a 1950
Conservador
Laureano Gómez
1950 a 1951
Conservador
Roberto Urdaneta Arbeláez
1951 a 1953
Conservador
Periodos presidenciales antes de las dictaduras militares
  
Referencias

Bethell Leslie (1990) Historia de América Latina. V7. Barcelona, España: Crítica.

Cueva Agustín (1978) El desarrollo del capitalismo en América Latina: Ensayo de interpretación histórica. México: Siglo Veintiuno Editores

Deas, Malcolm (1990) Venezuela, Colombia y Ecuador. En: Leslie Bethell. Historia de América Latina. V. 6. Barcelona, España: Crítica

Díaz Espino, Ovidio (2003). El país creado por Wall Street. La historia no contada de Panamá. Bogotá: Planeta

Freeman Smith, Robert  (1990). América Latina, los Estados Unidos y las potencias europeas, 1830-1930. En: Leslie Bethell. Historia de América Latina. V7. Barcelona, España: Crítica

García, Antonio. (1985) Colombia: Medio siglo de historia contemporánea. En: Pablo González Casanova, (coordinador). América Latina: Historia de medio siglo  V.1. México: Siglo Veintiuno Editores

Ianni, Octávio (1980) La formación del Estado populista en América Latina. México: Era

Ocampo López, Javier (1989) Breve historia de Colombia. Caracas: Academia Nacional de la Historia