martes, 3 de enero de 2017

El Plan de Ayutla

Contexto
Tras la guerra contra los Estados Unidos (1846-1848), que consecuentemente significó para México la pérdida de más de la mitad de su territorio, las discusiones sobre cómo habría de gobernarse el país continuaron. Y en 1852 reventó una nueva revuelta militar que disolvió el Congreso y el reinstaló al general Antonio López de Santa Anna a la presidencia de México, quien ratificó las “Bases para la administración de la República, hasta la promulgación de la Constitución” elaboradas por Lucas Alamán, “pero la muerte interrumpió su proyecto el 2 de junio de 1853 y la república tuvo que sufrir una dictadura abusiva que cometió toda clase de excesos: nuevas cargas fiscales, aumento del ejército, venta de la Mesilla y exilio de los principales liberales radicales, quienes al convivir en Nueva Orleans iban a compartir ideas e ideales que pondrían en práctica el triunfo de la revolución de Ayutla.” (Zoraida, 2006); ejerciendo una dictadura despótica en la que se autonombró “Alteza Serenísima”. Pero la hacienda pública estaba en bancarrota, por lo que Santa Anna impuso contribuciones onerosas y ridículas que terminaron provocando el descontento popular. Por otro lado la clase política mexicana pugnaba por la definición de los dos proyectos de nación que se confrontaban desde la Independencia y así Federalistas y Centralistas definitivamente se agruparon formando dos partidos con ideologías bien determinadas, pero aún sin estructuras formales como partidos políticos, surgiendo el grupo liberal y el grupo conservador cuyo enfrentamiento ideológico principal radicaba en la separación de la Iglesia y el Estado, la centralización o descentralización del poder público, y la construcción de un Estado oligárquico o un Estado democrático. Sobre este periodo histórico Jan Bazant comenta: “Los liberales moderados ligados al régimen existente, que atacan únicamente a Santa Anna, no el sistema mismo; y la de los liberales radicales desterrados en los Estados Unidos, como Juárez, Ocampo, Arriaga y Mata, que se incorporaron al nuevo gobierno después de su repatriación. Sin embargo, como es costumbre, llega un momento en que los moderados entran en conflicto con los radicales; de este modo Comonfort apoya el Plan de Tacubaya del General Zuloaga de diciembre de 1857, precipitando así un Golpe de Estado, que elimina hasta al mismo Comonfort por demasiado liberal. Los liberales reaccionan, volviéndose librepensadores y dictando las Leyes de Reforma. Hasta el principio del Porfiriato, en 1876, el gobierno liberal procura ser fiel a sus ideas.” (Bazant, p. 231)
¿Cómo se originó?
En marzo de 1854 en  de Ayutla, Guerrero, detonó un levantamiento Liberal encabezado por Juan Álvarez junto a Ignacio Comonfort y Florencio Villarreal, cuyo pronunciamientos políticos tenían como objetivo central derrocar la dictadura de Santa Anna y elegir a un presidente interino de la República que convocara a un Congreso Extraordinario para ocuparse exclusivamente de constituir la nación bajo una República representativa popular. Así: “La reforma al Plan de Ayutla responde, pues, a exigencias políticas de partido y no a puntos de doctrina, según pretendía hacerse aparecer… conviene advertir que no sólo se conculcaba la voluntad de la representaci6n nacional,
sino que la reforma acusa claramente el temor fundado de que se llegara por la vía legal al establecimiento de la monarquía” (O' Gorman, p. 67)
¿De qué trata el Plan de Ayutla?
Básicamente el Plan de Ayutla enunciaba que la permanencia de Santa Anna en el Poder era un amago constante para las libertades públicas, pues que bajo su gobierno se minaba las garantías individuales Y que debiendo conservar la integridad del territorio de la República, había vendido la mitad del territoria a Estados Unidos. Así la Nación no podía continuar por más tiempo sin formarse de un modo estable y duradero, dependiendo su existencia de la voluntad caprichosa de un solo hombre…
“Cesan en el ejercicio del poder público don Antonio López de Santa Anna y los demás funcionarios que, como él, hayan desmerecido la confianza de los pueblos, o se opusieren al presente plan” (Plan de Ayutla, artículo 1º).
Por otro lado, también establece que: “A los quince días de haber entrado en sus funciones el Presidente Interino, convocará el Congreso Extraordinario, conforme a las bases de la ley que fue expedida con igual objeto en el año de 1841, el cual se ocupe exclusivamente de constituir a la Nación bajo la forma de República representativa popular, y de revisar los actos del ejecutivo provisional de que se habla en el artículo 2º…” (Plan de Ayutla, artículo 5º).  Para buscar operatividad a los principios del Plan de Ayutla fueron incorporados y ampliados en el “Estatuto Orgánico Provisional de la República Mexicana”, emitido por el presidente sustituto Ignacio Comonfort el 15 de mayo de 1856, y cuyo propósito era establecer una disposición legal provisional en lo que se establecía el nuevo orden constitucional por el Congreso Constituyente que proponía el Plan de Ayutla.
“Es un documento tan abundante en trivialidades declaratorias sobre el celo por la libertad, sobre la abnegaci6n  patri6tica y sabre aquello  de derramar  la ultima gota de  sangre:  un  documento  tan  inundado de  halagos  demag6gicos y tan colmado  de resentimiento  partidarista y de imprevisión  política,  que  apenas  se distingue  de  los  muchos  otros  de  su especie  que  lo  precedieron.  Sin  embargo, el hecho es que el Plan de Ayutla ha despertado  entre los historiadores  el entusiasmo, y ese hecho pide una explicación”  (O' Gorman, p. 66)
Se trataba de un ordenamiento que despertó simpatías y numerosas críticas y oposiciones, aplicándose sólo en algunas zonas determinadas del territorio nacional.
            Repercusiones
Por un lado, el Plan de Ayutla fue un ordenamiento que despertó tanto simpatías y apoyos, como numerosas críticas y oposiciones, y que no tuvo vigencia en todo el territorio sino que se aplicó sólo en zonas determinadas. La importancia de principio es que puso fin a la dictadura de Santa Anna y convocado al congreso constituyente de 1855 y la Revolución de Ayutla se preocupó por institucionalizar al país y otorgarle una carta constitutiva moderna que permitiera que la libertad reconquistada transitara por las vías institucionales de la convivencia social.
Liberales y conservadores comenzaron  de nuevo con las discrepancias en cuanto al gobierno y las reformas sobre el clero y el control del ejército, Ignacio Comonfort pretende unificar las opiniones nombrando a Juan Álvarez como presidente interino en 1855. Pero El levantamiento de Ayutla dio apertura a un cambio mucho más radical en la vida política y social del país, que desembocó en la Guerra de reforma.

“…tanto Juárez y Sebastián Lerdo, como Porfirio Díaz, tendrían que responder al mismo reto que sus antecesores, los liberales federalistas y centralistas a partir de 1830: fortalecer el poder del gobierno nacional, reduciendo la autonomía de los ayuntamientos y de los estados para darle a la República la estabilidad que necesitaba para lograr el anhelado desarrollo. Los dos, como ha visto claramente Carmagnani, se empeñaron en la centralización política en la esfera federal y la descentralización política en los estados para modernizar el Estado mexicano” (Zoraida, 2006).

El significado del triunfo de la Revolución de Ayutla consiste en que, al tomar el poder político, los liberales definieron su predominio sobre el grupo de los conservadores y pudieron llevar a cabo su proyecto de nación.

Referencias

Bazant, Jan. Tres revoluciones mexicanas. En: Historia Mexicana. Vol. 10, No. 2, En el Cincuentenario de la Revolución. Oct. - Dic., 1960, pp. 220-242

Cosío Villegas, Daniel. Historia mínima de México. Series en Biblioteca para la actualización del maestro. México: SEP, 1998

Cueva, Mario de la. (y otros) Plan de Ayutla: Conmemoración de su primer centenario -- México: UNAM: Facultad de Derecho, 1954.
Edmundo O' Gorman. Precedentes y sentido de la revolución de Ayutla. En: Secuencia: Revista de historia y ciencias Sociales. Núm. 16, enero – abril.1990

Plan de Ayutla. 11 de marzo de 1854 (Fotocopia) de la carpeta de Historia de México del siglo XIX.

Serrano Migallón, Fernando. Historia mínima de las constituciones en México. Series en Historia mínima. México, El Colegio de México, 2013.

Zoraida Vázquez, Josefina. Liberales y conservadores en México: diferencias y similitudes. En: Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe. Dossier sobre: Pensamiento Político en América Latina. Vol 8, No 1, 2006






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