Colombia en la primera mitad del siglo XX
La
conquista de América, como proceso histórico tuvo desde el inicio
características comerciales, llevada a cabo por empresas mercantiles en que
intervinieron grandes capitales privados y participación monárquica. En la Nueva Granada mediante
encomiendas y mercedes se establecieron enormes ordenanzas oligárquicas terratenientes,
mientras que las poblaciones indígenas conquistadas fueron sometidas a las más
brutales formas de opresión y explotación, este "sistema feudal americano"
no era una economía cerrada de autosubsistencia, como el caso del feudalismo
europeo, sino que respondía a las necesidades de la agricultura colonial
monoproductiva que abastecía a los centros mineros, los emplazamientos
militares o los mercados europeos. (Bethell, 1990)
En 1819 en su empresa independentista, Bolívar establece la República de la Gran Colombia ,
acorde a su idea de formar una gran Confederación entre las Repúblicas
hispanoamericanas; pero a su muerte en 1830 y a falta de identidades
consolidadas que permitieran continuar la amalgama del sueño de una
Hispanoamérica unida, se produjo la ruptura de la Confederación
Grancolombiana que termina por disgregarse en varias naciones:
Colombia, Ecuador y Venezuela. Este acontecimiento marcará trascendentalmente y
con características particulares el desarrollo de la región, pues nos plantea
de inicio una fisura de intereses nacionales, con sus estados vecinos al sur.
Durante este periodo de formación y consolidación nacional, en Colombia se levantaron una gran
cantidad de confrontaciones armadas de magnitud diversa, entre guerras civiles,
cuartelazos, sublevaciones campesinas, pronunciamientos burgueses y golpes de
estado. Sobre todo generados por las terribles condiciones de desigualdad
social, el vacío de poder resultante del proceso de independencia, las marcadas
diferencias entre regiones, diferencias de interés entre caudillos
independentistas y gamonales, la pugna entre federalistas y centralistas, la
confrontación de los abolicionistas contra los esclavistas. En suma hablamos de
un país al que la factura de la libertad le ha resultado particularmente
onerosa en sangre de patriotas, por lo que alcanzó la paz sobre una sociedad
terriblemente fracturada y dolida.
Tras la ruptura con el dominio español, Colombia entra en
contacto con el capitalismo expansivo de Inglaterra y Estados Unidos, ofertando
la producción de materias primas, principalmente tabaco, bananas y café; y en
menor medida una incipiente industria minera. Su estructura social
mayoritariamente agraria y señorial se organizaba en torno a la hacienda y la
vida rural.
Los hechos hasta aquí planteados pudieran antojarse ajenos
al periodo propuesto, pero les consideramos relevantes al punto que son los
determinantes de la configuración a las condiciones económicas, políticas y
socioculturales de la
Colombia del siglo XX. Por un lado tener presentes las
continuidades coloniales tanto en su sistema productivo y en su organización
sociopolítica; y por el otro es imprescindible considerar la confrontación
ideológica e irreconciliable que se plantea en el terreno de los intereses en
las elites criollas de Conservadores versus
Liberales decimonónicas. Resulta también indispensable, en el ámbito de lo
macro, plantear la posibilidad de desligar a Colombia, como estado nación, del
conjunto sudamericano; para pensarle ante la perspectiva que sus propias
relaciones con América del norte evidencian, aún que habrá que mantener siempre
una óptica transversal para distinguir sensiblemente los aspectos específicos
multiculturales y multiétnicos, que su propia composición social ofrece y que
constituyen en buena medida la riqueza particular en la narrativa del siglo XX
en la región.
“Las negociaciones para la firma del correspondiente
tratado entre Colombia y los Estados Unidos venían celebrándose desde hacía
casi dos años. Habían empezado a petición de Colombia y Roosvelt y el
secretario de Estado, John Hay, creían que las condiciones definitivas del
tratado Hay-Herran cumplían los deseos del gobierno colombiano. Pero el
presidente de Colombia convocó un congreso especial que, bajo su liderazgo, dio
largas al asunto y, al cabo de una semanas, rechazó el tratado. Los panameños
se sublevaron, y Roosvelt respondió invocando el tratado de Bidlack de 1846
para impedir que Colombia desembarcara más tropas. El reconocimiento siguió
rápidamente a la instauración de la república de Panamá, y doce días después
los Estados Unidos y Panamá firmaron un tratado relativo al canal, en vista de
ello el presidente de Colombia se brindó a aprobar el tratado anterior, pero
Roosevelt no le hizo caso. Los colombianos se quejaron y acusaron a los Estados
Unidos de robo. Pero Colombia solo había ejercido un control intermitente de
Panamá y se había apoyado siempre en la intervención norteamericana para
mantener cierta apariencia de soberanía” (Freeman, p.89)
Y es este el acontecimiento con el que pretendemos plantear
el primer apartado de nuestra tesis sobre la clásica pertenencia regional de
Colombia, al conjunto de naciones sudamericanas. Pues ya anteriormente habíamos
señalado que la ruptura de la Confederación Grancolombiana
pudiera pensarse como una grieta continental al sur respecto a la identidad de
Colombia; sostenemos que con la separación de Panamá se amplifica el
aislamiento regional, pues la ingerencia directa de Estados Unidos en el
proceso le obliga a establecer relaciones en completa desigualdad con esta
nueva potencia mundial, voraz, intervencionista y demócrata-imperialista -valga
la contradicción de origen-.
“La apertura del Canal de Panamá, hizo viable la
terminación del ferrocarril del Pacífico y la expansión de la frontera agrícola
en las zonas de vertiente de la cordillera central y la definición de una nueva
vía exportadora, quedando así articuladas en este corto ciclo histórico los
sistemas transportadores del Atlantico y del Pacícico, los que en decenios
posteriores determinarían la orientación de la infraestructura física de
integración de la sociedad colombiana” (García, p.174-175)
En este contexto, algunos autores determinan que Colombia
estaba regida por un esquema de república señorial, heredera de los viejos
patrones coloniales. (García, 1985 y Bethell, 1992)
Características de la
república señorial
|
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Archipiélago
de regiones incomunicadas
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Desconocimiento
de la vida marítima
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Concentración
de la actividad política y social en pequeños centros urbanos
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Dinamización
de la organización municipal
|
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Nucleación
de grandes centros urbanos
|
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Medellín
|
Industrial
textil y comercio
|
Cali
|
Comercialización
y procesamiento de café
|
La primera guerra mundial influye fuertemente en lo que
podemos llamar el periodo inicial de modernización en Colombia. Los cambios
ocurridos en el periodo entreguerras, como la crisis de la república señorial y
la configuración del modelo capitalista, subdesarrollado y dependiente, se
inserta en un sistema de mercado mundial, cuyo protagonismo se desplaza de
golpe, de Inglaterra a los estados Unidos. La aristocracia latifundista y
minera que había conservado el control de la riqueza, la cultura y el poder
político, observa como se gestan en este periodo profundos cambios estructurales,
con una alta complejidad y en un breve periodo de tiempo.
En la posguerra, a partir de la apertura del mercado
norteamericano, el auge cafetalero de 1923 a 1928 duplicó las extensiones de siembra.
La exportación se realizaba mediante corporaciones transnacionales
especializadas en comercialización de productos del trópico; el valor anual del
comercio exportador en este rubro, pasó de 61 millones de dólares en 1913 a más de 200 millones
en 1924. La economía bananera que integró en su proceso productivo prácticas de
moderna agricultura, representó el 6% de las exportaciones nacionales para el
periodo de 1925 a
1929; 1100 millones de dólares. Donde cerca de las tres cuartas partes de estas
exportaciones se destinaban a satisfacer las demandas de mercado estadounidense.
(García,1985) El auge de la modernidad para Colombia, que se presenta en la
década de los 20´s; en lo que se conoce como la Danza de los millones, “Los
años de la Danza
de los millones fueron de trabajo intenso en las obras públicas y en las inversiones
financieras en todos los órdenes. Un ejemplo fue la construcción de carreteras:
en 1911 Colombia tenía 578 kms en carreteras, cifra que pasó en 1922 a 3437 Kms y en 1930 a 5743 Kms”. (Ocampo,
p. 280) Estas inversiones posibilitan una insólita transición a un país
predominantemente urbano con características de modernidad basada en la
industrialización. De esta forma, se presentan cambios radicales en la
composición de la población económicamente activa, en los modos de producción,
en la implementación de tecnologías, en el asentamiento urbanístico y en la
participación de los sectores populares en la vida nacional.
Medellín, Cali, Bogotá y Barranquilla, se establecieron
como centros político, administrativos, manufactureros y financieros del
sistema capitalista de mercado; desarrollándose con ello una densa constelación
de espacios residenciales del cinturón andino cafetalero. La población creció
de 5.86 a
7.43 millones de habitantes, lo que modificó radicalmente los patrones
hispanocoloniales de población (García 1985). La modernidad urbana se estaba
conformando en lo que aún es hoy Colombia y que en la segunda mitad del siglo
definiría los conflictos sociales causados por esa gran brecha de desigualdad y
miseria entre los centros urbanos y los territorios del interior.
Grafico
1 Elaboración personal. Fuente (Ocampo, p. 270)
Mientras que el aparato bancario que regulaba las
operaciones financieras y crediticias ce ciñó a la Misión Kemmerer
(conformada por un grupo de técnicos financieros estadounidenses que
propusieron una serie de reformas jurídicas como paliativo a la crisis comercial
y financiera de 1920), imponiendo el sistema norteamericano de banca central,
orientada por la ley del patrón oro y la liquidez de cartera; dando lugar al
surgimiento del Banco de la
República con una participación bastante marginal del
gobierno colombiano, lo que precipitó la concentración bancaria en los nuevos
centros urbanos y la desaparición de la banca local entre 1924 y 1928. En este
periodo de transformaciones, se consolidó el proletariado de la industria
manufacturera, del petróleo, la minería, los textiles, las plantaciones de
banano, el café y de los sistemas de transporte ferroviario y marítimo;
definidos por un sistema de estado absolutista:
-
Carencia de salarios mínimos
-
Disociación entre productividad y
remuneración
-
Inexistencia de prestaciones y
seguridad social
-
Durísima represión policial a los
conflictos laborales
-
Ilegalidad de las luchas sociales
y sindicales
Razones por las que el movimiento obrero irrumpió en la
escena social, de manera violenta y revolucionaria, enfrentando al absolutismo
del estado señorial que imponía la ruda hegemonía imperialista estadounidense.
(García 1985)
En lo referente a la vida política del país, se presentaba
ante el mundo con una imagen de gran estabilidad con respecto al periodo de la
segunda mitad del siglo XIX, el movimiento conocido como Regeneración (1886 – 1930) instauró una república
Conservadora. Después de la guerra civil de los mil días (1899-1902), durante
el gobierno de José Manuel Marroquín; la encomienda política fue la de
establecer un programa de restauración nacional que permitiera mejorar la
economía y sanear las finanzas públicas. El devenir de los gobiernos civiles
colombianos después de la incipiente dictadura del general Reyes, transitaron
más o menos pacíficamente entre ideólogos del orden conservador y la naciente
burguesía liberal, por lo menos hasta la instauración de las dictaduras
militares.
Presidente
|
Periodo
|
Vertiente ideológica
|
Rafael Reyes
|
Dictador
|
|
Jorge Holguín
|
(interino) 1909
|
Conservador
|
Ramón González Valencia
|
Conservador
|
|
Carlos Eugenio Restrepo
|
Unión Republicana
|
|
José Vicente Concha
|
Conservador
|
|
Marco Fidel Suárez
|
Conservador
|
|
Jorge Holguín
|
Conservador
|
|
Pedro Nel Ospina
|
Conservador
|
|
Miguel Abadía Méndez
|
Conservador
|
|
Enrique Olaya Herrera
|
Liberal
|
|
Alfonso López Pumarejo
|
Liberal
|
|
Eduardo Santos
|
Liberal
|
|
Alfonso López Pumarejo (2o periodo)
|
Liberal
|
|
Alberto Lleras Camargo
|
Liberal
|
|
Mariano Ospina Pérez
|
Conservador
|
|
Laureano Gómez
|
Conservador
|
|
Roberto Urdaneta Arbeláez
|
Conservador
|
Periodos presidenciales antes de las dictaduras
militares
Referencias
Bethell Leslie
(1990) Historia de América Latina. V7. Barcelona, España: Crítica.
Cueva Agustín
(1978) El desarrollo del capitalismo en América Latina: Ensayo de
interpretación histórica. México: Siglo Veintiuno Editores
Deas, Malcolm
(1990) Venezuela, Colombia y Ecuador. En: Leslie Bethell. Historia de América
Latina. V. 6. Barcelona, España: Crítica
Díaz Espino, Ovidio
(2003). El país creado por Wall Street. La historia no contada de Panamá.
Bogotá: Planeta
Freeman Smith,
Robert (1990). América Latina, los
Estados Unidos y las potencias europeas, 1830-1930. En: Leslie Bethell.
Historia de América Latina. V7. Barcelona, España: Crítica
García, Antonio. (1985)
Colombia: Medio siglo de historia contemporánea. En: Pablo González Casanova,
(coordinador). América Latina: Historia de medio siglo V.1. México: Siglo Veintiuno Editores
Ianni, Octávio (1980)
La formación del Estado populista en América Latina. México: Era
Ocampo López,
Javier (1989) Breve historia de Colombia. Caracas: Academia Nacional de la Historia
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