El Códice Florentino
Compendio
enciclopédico
atribuido a Fray Bernardino de Sahagún (1499-1590) con apoyo de escribanos procedentes principalmente
del Imperial Colegio de la
Santa Cruz de Tlatelolco; escrito principalmente en náhuatl; y originalmente en cuatro
volúmenes, de
los cuales sólo se
conservan tres que complementan lo registrado textualmente en la Historia
general de las cosas de la
Nueva España , con datos del mundo gráfico imperante en la tlacuilolli tradicional (arte de la
pintura de libros). Técnicamente
su formato es el de un libro por lo que para efectos del presente no debemos
considerarlo un códice, sin
embargo su importancia radica en ser una de las primeras investigaciones sobre
las culturas originarias en la década de 1540´s
utilizando cierta metodología que en
opinión de
algunos es precursora de las técnicas moderna en el campo antropológico. Respecto a esta metodología, encontramos una interesante descripción en el sitio oficial de la Biblioteca Digital
Mundial (WDL, por sus siglas en inglés) “Sahagún obtuvo la ayuda de dos grupos
indígenas
importantes: los ancianos (principales) de numerosas ciudades de México central y los estudiantes
nahuas y exalumnos del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, donde Sahagún trabajó durante gran parte de su estadía en México. Los principales respondían cuestionarios que preparaba Sahagún sobre la cultura y la religión, y sus respuestas eran
registradas en su propia forma pictórica de escritura. Los estudiantes nahuas interpretaban las imágenes y ampliaban las respuestas,
transcribiendo fonéticamente
el náhuatl con
caracteres latinos. Sahagún luego revisaba el texto en náhuatl y agregaba su propia traducción al español. Todo el proceso llevó casi 30 años y finalmente se completó entre 1575 y 1577 con una copia
nueva y completa del manuscrito preparado.”[1] Y Xavier Noguez corrobora esta información en un artículo publicado para Arqueología mexicana: “Sahagún inicia su trabajo a fines de
1575, y hacia fines de 1577 parece haber tenido la versión final.” (Noguez 2012).
Se conoce que
el documento llego España en 1580,
y es probable que de España se haya
enviado a Roma y de ahí a
Florencia, Italia, en donde Angelo María Bandini, bibliotecario florentino, realizó la primera descripción cuidadosa del manuscrito, en un
catálogo
publicado en 1793. El nombre del documento se lo debemos a García Icazbalceta quien en el año de 1886 le nombra Códice Florentino, en su bibliografía mexicana del siglo XVI.
Alessandra
Russo, encargada de manuscritos y libros raros de la Biblioteca Laurenziana
comentó a la Jornada el año pasado, que “la figura clave para la
sobrevivencia del códice, así como su envío a Florencia fue Rodrigo de
Sequera, comisario general de la orden franciscana para la Nueva España
y protector de Bernardino de Sahagún. Fue él quien se
encargó de la
traducción
castellana del códice”. (Ortiz, 2013) Estas
afirmaciones las realizó basada en
los resultados de un convenio internacional firmado en 2008 que permitió el análisis de los pigmentos y las imágenes del códice; a
cargo de Clara Bargellini, Diana Magaloni y Alessandra Russo, quien continúa: “De España, el
manuscrito llegó a
Florencia entre 1580 y 1588. Lo sostengo porque el inventario privado del
cardenal Ferdinando I de Medici (futuro gran duque de Toscana) de 1587,
describe un códice con
las mismas características del
nuestro. Además, al año siguiente, en un nuevo
inventario, se identifica una traducción de cinco libros ‘De costumbres de Mexicanos’. Esto significa que Berdinando lo mandó traducir al italiano vulgar, lo
que demuestra su entusiasmo por el códice. Probablemente la traducción restante no se logró completar o se perdió. Localicé el
manuscrito que tiene la cubierta roja y el emblema cardenalicio Medici en la Hispanic Society
de Nueva York, donde se encuentra hoy día. Las motivaciones de fray Rodrigo no pueden verificarse, pero lo
debió de haber
donado a alguien que sabía que lo cuidaría y apreciaría”. (Ortiz, op. Cit.)
Podemos decir
que Francisco del Paso y Troncoso el primero en tratar de descifrar metodológicamente su contenido, en una
edición
cromolitográfica de 158
láminas. “El trabajo de copiado estuvo a
cargo del
artista Genaro López. Estas
imágenes
fueron utilizadas a color o en blanco y negro, en numerosos trabajos
posteriores. Fue hasta 1979, cuando el Archivo General de la Nación de México publica una edición facsimilar del códice, que ha impulsado análisis más confiables en torno a la
proveniencia iconográfica,
formas, colores, ubicaciones y relaciones del material gráfico con los textos escritos.” (Noguez
2012)
En la Biblioteca Medicea
Laurenciana de Florencia, Italia, el Códice Florentino pertenece a la sección del fondo Mediceo Palatino, números 218-220.
[1] Descripción general del Códice Florentino en el portal de la WDL en: http://www.wdl.org/es/item/10096/#additional_subjects=Florentine+Codex; consultado el 25/4/14
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