sábado, 15 de agosto de 2020

Reseña - Ordenes del tiempo, regímenes de historicidad



Hartog, Francis. Ordenes del tiempo, regímenes de historicidad En: Revista Historia y Grafía, No. 21, 2003



Para Hartog, el tiempo se ha convertido en el pan cotidiano del historiador, al grado que terminó por ser naturalizado e instrumentado permaneciendo impensado, por ello propone el término de “regímenes de historicidad” como una modalidad de conciencia de sí misma por parte de una comunidad humana, y se pregunta ¿Cómo reacciona una comunidad ante diferentes grados de historicidad y si estos pueden ser idénticos para todas las sociedades? Reconoce que existen diversos modos de relacionarse con el tiempo relación que comprende un vaivén entre el presente y los pasados, algunos distantes temporal y espacialmente, por lo que entender estas relaciones podrían contribuir los momentos de crisis del tiempo y las categorías que organizan estas experiencias y permiten expresarlas. A ese respecto de Hahana Arent recupera el término “brecha” – interregno en el tiempo histórico en que se cobra conciencia de un intervalo en el tiempo que está determinado por cosas que ya no están o que están por existir, ej: 1968 puso en duda el tiempo como progreso.

El “régimen de historicidad” pone a nuestro alcance las condiciones de posibilidad de la producción de historias y según las relaciones respectivas de los tiempos (pasado, presente y futuro) ciertos tipos de historias son factibles y otros no. El tiempo histórico lo produce la distancia que se crea entre el campo de la experiencia y el horizonte de expectativas y se engendra por la tensión entre ambos, entre más escasa es la experiencia mayor se torna la espera. Campo de experiencia y horizonte de expectativas son términos que recupera del trabajo de Koseleck, quien buscaba definir de qué manera se relacionaban las dimensiones temporales del pasado y el futuro en cada presente posible.

Concluye que en nuestro tiempo se ha impuesto una configuración caracterizada por la máxima distancia entre el campo de la experiencia y el horizonte de expectativas, creando la impresión de un presente perpetuo, inmóvil, que intenta a pesar de todo producir su propio tiempo histórico. Los crímenes del sXX fueron tempestades que dieron origen a oleadas de “memoria” un vocablo de gran alcance, una categoría metahistórica.

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